Empiezo a escribir esta entrada, pero os tengo que confesar algo: no tengo ni idea sobre qué escribir; pero bueno voy a intentarlo. Al llegar el martes tengo una mezcla de nerviosismo y felicidad en el cuerpo, ya que en breves empezará filosofía y podremos hablar sobre el blog. Sin embargo, cunde la sorpresa entre todos nosotros, ¡tenemos de plazo hasta el viernes para seguir haciendo entradas! Al decirlo Don Jesús se pueden oír los suspiros de varios alumnos, que no pudieron hacer los suficientes posts para ese día.
Esta noticia puede decirse que nos ha alegrado el día, sin embargo, entre el examen de dibujo, esto y lo otro llega el viernes y aún no he hecho ninguna entrada. Mi cuerpo se llena de nervios sabiendo que queda poco para la hora límite, pero ya llevo párrafo y medio de lo que iba a ser una entrada vacía de contenidos; por lo que me voy calmando. Bueno sigo escribiendo, básicamente, sobre nada en concreto y se puede observar como van apareciendo más y más letras en la entrada, no va mal la cosa.
Para cambiar un poco el tema podría relatar alguna anécdota que me haya ocurrido, sin embargo, no tengo ninguna interesante que contar. Pero espérate un momento, ¿no te has dado cuenta aún? es algo fantástico, ¡ya he empezado mi tercer párrafo! Puf que satisfacción es esto de hacer una entrada, sabiendo que al principio no sabías sobre qué escribir. Pero sin más dilación, doy por terminada esta fantástico entrada de... bueno, ya sabéis de eso.
Nota: aunque las ideas no te vengan pronto a la cabeza, sé paciente y verás que empezarán a fluir dentro de ti (a veces hay que ser MUY paciente para conseguirlo).
Chechu P.
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