sábado, 23 de marzo de 2013

La guerra Gato vs Láser

La guerra Gato vs Láser:

Siempre ha habido guerras. Cuando vemos la palabra guerra, tendemos a pensar en peleas de humanos con otros humanos, disputándose todo tipo de cosas: principalmente el poder. Ejércitos formados por miles de personas luchando con otras miles de personas por dominar tierras, imponer religiones, obtener dinero, etc. Todas estas son cosas importantes, pero también hay peleas por cosas que no lo son tanto, y que a veces llegan a ser estúpidas, como por ejemplo, la batalla de nueve años que mantuvieron los griegos contra los troyanos por una mujer (sé que esto es mitología, pero creo que el ejemplo es bastante adecuado).
  Aunque no sólo los hombres nos peleamos. Basta con poner cualquier documental de los que suelen poner en "La 2" después de la hora de comer, para ver que los animales también se pelean entre ellos. Igual que nosotros, ellos también luchan por el poder: conseguir territorios para cuidar de sus crías; conseguir comida; o para ser el "macho alfa".

  Todas estas guerras tienen algo en común: que siempre acaban, ya que siempre hay un vencedor. Pero he estado pensando, y creo que la única batalla que nunca termina, y que parece que nunca terminará, es esa inexplicable pelea que tienen los gatos y los punteros láser.

  Yo tengo un gato, y su vida se caracteriza básicamente por poseer dos estados: modo jugar y modo dormir. Es importante destacar que el tiempo que tarda en cambiar de un estado al otro suele demorar varios minutos. Excepto en un caso: cuando aparece el láser. Da igual que haya estado durmiendo todo el día, o que esté exhausto de haber estado corriendo por el jardín: en cuanto ve el láser, no deja de perseguirlo hasta que, o bien se acaba la pila, o bien yo (quien maneja el láser) me aburro y me voy. Y esto no es solamente propio de mi gato, ya que otras personas me cuentan lo mismo de los suyos.

  En conclusión, cuando los humanos nos peleamos, siempre hay motivos que, normalmente, vienen provocados por avaricia, envidia, codicia, etc. Pero ¿qué demonios pasará por la cabeza de un gato para no dejar de pelear con un simple puntero láser?

  Aquí os dejo un ejemplo, para aquellos que no conozcan esta batalla:











Gonzalo Z.




No hay comentarios:

Publicar un comentario