Cuando escuchas la música de otro te emocionas, pero el día que compones algo y lo escuchas, te sientes infinito, te sientes vivo.
No es lo mismo, porque el simple hecho de interpretar lo que otro a hecho, te hace sentirte infinito.
No es algo que se pueda expresar con palabras, simplemente es complejo. Creo que quién lo ha podido comprobar entiende de qué hablo.
Por el simple hecho de tocar algo en el piano o en la guitarra, puede hacerte cambiar el día, convertirlo
en algo mejor.
Y de todo esto, uno no se puede permitir perder la emoción del primer día, cada vez tiene que ser como la primera vez. Así es como me decían que se sentía la música, y así es como lo digo yo ahora.
Álvaro H.
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