Pronto tuvo una idea.Pidió a dos gansos que le ayudaran a buscar una caña lo suficientemente ligera y fuerte.Les explicó que cada uno tenía que sostener la caña por un extremo, y que ella iría en medio, fuertemente agarrada a la caña por la boca.
Cuando llegó el momento, los gansos y la rana comenzaron su travesía. Todo iba según lo previsto cuando, al poco rato, pasaron por encima de una pequeña población. Los habitantes de aquel lugar salieron para ver el inusitado espectáculo. Alguien preguntó: ¿a quién se le ocurrió tan brillante idea?. Esto hizo que la rana se sintiera muy orgullosa, y fue tal su sensación de importancia,que no pudo evitar que se le escapara la respuesta: ¡a mí!. Su orgullo fue su ruina, porque en el momento que abrió la boca, se soltó de la caña y cayó al vacío desde una considerable altura.
Como dice la fábula, la vanidad no conduce a nada.La vanidad es buscar riquezas perecederas y esperar en ellas. Es una manifestación de soberbia que se dirige a buscar la excelencia de poco valor real, cosas vanas. También es vanidad ensalzarse vanamente.
Como dijo Casiano: la vanidad es una comida del alma que se brinda primero manjares deliciosos pero después la deja vacía. Con esta frase hago referencia a todo lo anterior que al leerla, me resultó bastante significativa. El vanidoso nunca descansa, siempre anda esperando la admiración de los demás.
Aparte tengo esta frase de Teofrasto que se relacciona con la fábula de la rana, y que dice: la sordidez es una economía en los gastos que va más allá de lo conveniente, y el sórdido, un hombre tal como para presentarse en una casa antes de fin de mes para reclamar un semióbolo.
Para finalizar, el vanidoso es como una copa de oro, que aparenta mucho por fuera, pero por dentro esta vacía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario