La suerte es una ramera de primera calidad:
Hay gente a la que todo le va bien, gente que no tiene muchos problemas en la vida y piensa que ha conseguido esa sensación que todos deseamos y anhelamos, eso a lo que llamamos felicidad. Esa gente es aparentemente feliz.
Y yo digo, vaya concepto de felicidad más superfluo que alguno tiene en mente, los problemas van y vienen con el tiempo, es sólo cuestión de suerte. Dicha suerte es un factor que nosotros no podemos controlar, es totalmente impredecible y ésta nos puede jugar muy malas pasadas. Por eso tenemos que estar preparados para afrontar las contrariedades que la vida nos depare siempre con una sonrisa en la cara. No podemos depender de lo que ocurra a nuestro alrededor, hay que ser fuertes y aguantar el tipo en cualesquiera que sean las circunstancias, porque muchas veces la suerte no estará de nuestra parte.
En estas ocasiones tendremos que esperar con paciencia, porque no hay mal que por bien no venga. Nos daremos cuenta de que sucesos aparentemente malos, nos permitirán hacernos cargo de muchos errores que cometemos. Gracias a estos sucesos podremos mejorar mucho como personas. Además es necesario saber que en esta vida todo lo que no mata, te hace más fuerte.
Pero sobre todo es importante saber que aquel que tiene un por qué para vivir, puede soportar cualquier cómo y llegar a esa verdadera felicidad sin depender de la dichosa suerte.
Rafael I.
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