El año pasado, en la asignatura de lengua castellana, estudiamos que unos grandes escritores plasmaban en el papel la primera idea que se les venía a la cabeza. En un alarde de lucidez que acabo de tener, he decidido imitarles. Empiezo:
Se oye un ruido fuera, el cual se intensifica. Tengo sueño. Chocolate. Pamplona. Filosofía. Blog. Estupidez. Cristal. Se acerca el ruido y me da miedo. Bufanda. Altavoz. Lámpara. Chorizo de Cantimpalos. El ruido se hace insoportable. Fresas con nata. Enchufe. Cerveza. Por fin para el ruido.
La conclusión que he obtenido de este experimento es que las ideas más provechosas son las que se quedan en el olvido. Por eso es bueno archivarlas para un futuro, pues todos los pensamientos son ingeniosos.
Santi D.B
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