sábado, 16 de febrero de 2013

Oído al silencio

Oído al silencio:


Todo somos tan diferentes...


De verdad que es algo que me entusiasma, cómo podemos llegar a ser tan opuestos y a la vez tan parecidos. Es algo en lo que me gusta fijarme, siempre pienso que incluso la persona más predecible puede convertirse en la más impredecible, y que la persona que creías que era más afín a ti puede resultar ser una auténtica caja de sorpresas.


Quiero resaltar lo que acabo de mencionar, “que esto me entusiasma”, sí, me fascina, no lo veo negativo, sino al revés. Soy consciente de lo intrigante que puede llegar a ser una persona con la que quizás hayas podido compartir toda tu vida y muy probablemente aún no la conozcas del todo.
Me considero un auténtico observador, yo no soy de esos que hablan por los codos, que va, no hay nada que sienta que me enriquezca más que simplemente sentarme a escuchar. Sí, podría decir que si hay un sentido de los 5 que poseemos que valoro más es el oído.


Escuchar, escuchar, escuchar.


¡Qué valioso y sin embargo qué poco valor le damos!


Todas y cada una de las personas que se nos cruza nos puede aportar tantísimo. Es realmente triste que hayamos adoptado esta dinámica de vida, estamos metidos en una cinta de correr (de esas del gimnasio) que no tiene botón de stop, se hace difícil dedicarle ni un segundo a pensar en condiciones.Lo comparo algunas veces con ir con una moto a toda mecha, pero sin casco. Vas rapidísimo, sí, a lo mejor, llegas pronto, pero ¿llegarás bien? y sobre todo, ¿oyes lo que te está diciendo el que llevas sentado detrás? seguramente no, porque sin casco y a esa velocidad, el viento no te permite escuchar nada, pues bien, lo más probable es que te esté diciendo que reduzcas un poco, que tiene miedo y que con las prisas seguramente te hayas equivocado de camino.


Creo pues, que debemos coger las riendas, y conseguir adaptar nuestro ritmo a uno que nos permita ESCUCHAR.


La verdad es que he de decir que el oído lo aprecio tanto, además, porque mi gran pasión es la música, pero me he dado cuenta de que puede llegar a influir negativamente,creo que sé porqué:


Una persona muy cercana me ha enseñado una cosa que espero nunca olvidar y recordádmela todos los días, me dijo: “el verdadero jugo de la vida se saca escuchando”. Pero, escuchándote a ti mismo, ten tiempo para ti, no seas egoísta contigo, date unos minutos (con el tiempo verás que necesitas más que unos minutos de nada) en los que te quitas la música y piensas, ¿en qué? en ti, en tus aficiones, que han podido cambiar fácilmente y ni siquiera  has sido consciente, de tus metas, seguro que tienes muchas nuevas y sobre todo muchas cumplidas ¡y ni siquiera te has parado a felicitarte!, de tus sonrisas, cuántas veces has sonreído al día, pregúntatelo, (la sonrisa es una forma de energía que se transmite, ¡¡lo he comprobado!!). Así que creo que desde entonces un poco de silencio al día es mi gran aliado.


En fin, fíjate, si no hubiera escuchado a esta persona seria menos feliz ahora sin duda. He descubierto que el tiempo es nuestro, todo nuestro, de cada uno de nosotros, tenemos que saber administrarlo, porque hay tiempo para todo...si queremos.

Gonzalo I.

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