Son las 17:19, estoy en la ruta como otro día cualquiera, pero teniendo en cuenta que no sabia qué hacer de filosofía, y mi profesor ha dicho que aprovechemos el tiempo de la ruta eso haré.
A mi izquierda un asiento libre, eso relaja, es cómodo pero... ¿Y los demás?
Detrás mío un amigo que no dice mucho pero es amable generoso (me deja bajar el asiento) y no molesta. Al otro lado de la ruta en esa misma fila (atrás) un personaje bastante divertido amable y tampoco molesta. Delante suyo mi hermano, ningún inconveniente.
Todo empieza a ser diferente desde aquí hacia delante, a excepción de algunos casos. Delante mio un tío muy alto y muy muy curioso, muy amigo mio y bueno quizás un poco loco (igual que yo) pero no es un problema, de hecho te ríes mucho con el, pero aun así curioso. A su izquierda en la misma fila pero en el otro lado de la ruta uno que parecía un poco más normal que los demás, pero cunado le conocí me llevé sorpresas que no me esperaba por su apariencia.
Los dos de la fila siguiente son incomodos, hablan alto, gritan, molestan y en esta ruta hay una norma
-silencio-, la pusimos para poder estudiar y dormir por las mañanas y ellos no las respetan. Uno de ellos suele mentir y el otro es muy cotilla (sin ofender), pero los dos al final son muy amables y cada uno te aporta cosas.
A partir de esa fila empieza el ruido, los gritos, y todo lo que niños de 6 años para abajo hacen. El hecho es que es lo peor llegar por la mañana querer dormir y... bueno encontrarte a 20 niños gritando a las 8:00 de la mañana cambiando cromos. Pero luego les cogí cariño y son unos niños bastante simpáticos.
Esta ruta esta llena de gente muy diferente y a todos se les echa en falta cuando no están, incluso al conductor que le gusta la música clásica como a mí. Tampoco se olvida a nuestro antiguo profesor de rutas... Aunque bueno el de ahora nos comprende más...
Hay todo tipo de gente y nos llevamos todos bien, ahora que me he puesto a ello terminare con la idea que me ha surgido haciendo esta entrada... Todos somos amigos al final, todos diferentes, pero todos, y si digo todos es todos, hacemos esta ruta la mejor de todas.
A primera vista ninguno de ellos era gente con la que pensaba entablar una relación y menos pensaba entablarla con el profesor pero, aunque todos somos muy diferentes, a primera vista ninguno parecía agradable o semejante a mi, y al final todos eran diferentes de lo que aparentaban.
No es bueno juzgar por apariencias.
Gonzalo I.
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